-Alex, enserio, no te enfades.
-¿¡Qué no me enfade!?- pasó su mano por su flequillo, echándoselo hacia atrás.- ¡Acabas de tomar una pastilla! ¿¡Estás loco o qué!? ¿Qué es que ahora te va a ese rollo o cómo? ¡Porque no lo entiendo!
Unos minutos después de estar en casa de Alex, Zayn decidió ir a una discoteca. Y, como siempre, convenció a Alex de que fuera con él. Total, que al llegar a la discoteca. ¡Qué vaya discoteca! Alex perdió de vista a Zayn. Así que Alex se quedó bailando en la pista de baile hasta que su mejor amigo se dignara de aparecer. Unos cuantos minutos despues, Zayn apareció. Pero no iba solo, iba acompañado de unos tipos llenos de tatuajes y piercings. Alex estaba asustadísima, ella sabía que venir a estas horas de la mañana a una discoteca no era buena idea. Los tipos le ofrecieron una pastillita a la morena, que ésta, obviamente, se negó. Ya que sabía perfectamente de que se trataba. Total, que los tipos no insistieron con ella, y fueron a preguntarle a Zayn. Quien aceptó.
-Alex, tú lo has dicho. ¡Ha sido una pastilla! No me va a hacer nada.- el moreno se acercó a su mejor amiga para darle un abrazo.
-No, Zayn, no.-se apartó de su amigo.- No me gusta esto. Vámonos a casa.
-¿Qué? ¿Estás loca?
Alex le miró con cara asesina. De verdad, ¿este chico estaba bien de la cabeza?
-No pienso ir a ese infierno que tengo como casa. ¡Tú no tienes que aguantar a un padre alcóholico echándose la culpa siempre de la muerte de mamá!- volvió a hablar, bueno, más bien a gritar.
-Pues vente a la mía entonces. ¡Pero vámonos, por favor! No aguanto a esta gente y menos este sitio.- le acarició la mejilla a Zayn.- Por favor, Zayn.- rogó por última vez y esta vez pareció convencer al chico.
(...)
Clary llegó a casa y lo primero que hizo fue ir hacia su habitación. Eran las cuatro de la mañana y Grace y Tom ya estaban durmiendo. Llegó a su cuarto y lo primero que hizo fue tirarse en la cama y pensar en lo que acababa de pasar; ¿he besado a mi hermanastro? ¿En qué estabas pensando, Clary? ¿Me ha gustado? ¿Que pasará ahora? Y miles de preguntas más que rondaban por su cabeza.
La chica se quedó dormida en cuestión de minutos. Recordando aquellos labios rosados y aquellos ojos verdes.
A la mañana siguiente, la madre de Clary abrió la puerta de su dormitorio y sigilosamente caminó hasta la cama.
-Buenos días cariño.- susurró Grace, apartándole parte del pelo de la cara de Clary.
-Buenos días mamá.
Grace se acercó hasta su frente y la besó.
-Me voy a trabajar, despierta a Harry, os he dejado el desayuno en la mesa.- dijo su madre dispuesta a salir del cuarto.
-¿Qué? No, no, no.- se levantó de la cama la chica.- Despiértalo tú, por favor mamá. No le caigo bien y seguramente me va a insultar o no se qué.
-Cariño, no tengo tiempo. ¡Y no te odia, no seas tonta!- esta vez si que salió por la puerta.- ¡Te quiero!
Así que, quiere que despierte a Harry. Bien, vamos a despertarlo, pensó Clary. Dispuesta a hacer lo que estaba pensando.
Clary se dirigió al baño y se recoge su pelo en una coleta y baja hasta abajo a coger un vaso. Vuelve arriba y lo llena de agua. Con cuidado de no derramar nada al suelo, se dirige al cuarto de Harry.
Clary se percató de que pegada a una pared, debajo de una gran ventana, había una cama con sábanas negras, y sobre estas, descansaba un chico boca arriba, con muchos tatuajes, y solo unos calzoncillos grises claros.
Clary apartó rápidamente la mirada, no quería ver bultos indebidos.
Aunque ella debía reconocer que la milésima de segundo que vio el cuerpo de Harry, pensó que tenía un buen parecer, que aquel chico no estaba mal y se cuidaba.
Y ahora es cuando se dio cuenta de que, a lo mejor, Harry era simpático y que tenía su lado bueno el que ella estaría dispuesta a conocer, sobre todo despues del beso...¿¡Pero qué mierdas estaba diciendo!?
Harry seguía siendo el mismo gilipollas de siempre, ni lado bueno ni penes.
Con cuidado, la chica se acercó más al chico, que dormía plácidamente. Alzó el vaso de agua y lo arrojó hacia la cara de Harry empapando todo lo que llevaba a su paso.
A Harry poco tardó en reaccionar. Se giró rápidamente viendo a la culpable y corrió hacia ella.
Esta vez si que la había cagado Clary.
La cogió como si fuera un saco de patatas y la llevó hasta el cuarto de baño.
-¡Buenos días Harry! Me encanta la mariposa que tienes tatuada, ¿me bajas por favor?- rogó la chica pataleando. Harry le hizo caso omiso.-¡No, Harry, por favor! No, la ducha no. ¡Por favor! ¡Harry!
-No.- contestó fríamente y la depositó en el plato de la ducha.
Cogió la alcachofa de la ducha, dispuesto a echar agua.
-Harry, venga ya. Que no ha sido para tanto.
-Me da igual.
Abrió el grifo y empezó a mojar a Clary de arriba abajo.
-¿Sabes una cosa?- preguntó Clary echándose el pelo hacia atrás.
-Dime princesa.
-Lo primero: te odio y lo segundo: no vuelvas a decírme princesa.
-El sentimiento es mutuo, princesa.- dijo el chico remarcando la palabra princesa.
Esto hizo cabrear aún más a Clary.
-Ala, a mojarte tú también.
Clary agarró de los hombros a Harry y tiró de él, haciendo que se metiese entero en la ducha. Hábilmente le arrebató la alcachofa de las manos y le amenazó con ella al chico, poniéndosela delante de la cara.
-Estoy mojado. Me da igual.
La chica gruñó y manipuló los mandos de la ducha, haciendo que ésta saliera fría.
-Joder, Clary, está muy fría- Harry empezó a pegar pequeños salititos y Clary no podía reírse más de lo patético y ridículo que se veía Harry.
Volvió a manipular los mandos y lo puso en agua templada.
El agua caía entre ellos dos. Se entretuvo unos segundos mirando a la chica. El pelo largo y pelirrojo recogido en una coleta, teñido a más oscuro por el agua, descendía mojado por su cuerpo. La camiseta del pijama, de color rosa, se pegaba a su cuerpo y dejaba ver ciertas transparencias, haciendo que el sujetador negro de la chica quedase al alcance de la vista. Un pantalón corto, también empapado, de color granate, daba paso a unas largas y morenas piernas, que acababan en unos delicados pies.
Ay, si hubiese sido otra chica, Harry no se lo habría pensado más veces y se la hubiera tirado en este mismo momento.
-¿Qué miras idiota?
Lo bonita que te ves así, ¿pero qué diablos estabas diciendo Harry? Recuerda que es la inaguantable de Clary y que tú la odias, se dijo para sí mismo Harry.
-Lo que no tienes.
-Así y, ¿qué no tengo, eh?- la chica se acercó a Harry, peligrosamente.
Ahora Harry si que no sabía que contestar. Tenía muy cerca a Clary y se estaba poniendo muy nervioso. Harry la agarró de la cintura y la acercó más a él. El agua seguía cayendo entre ellos. Y Clary aún seguía con la alcachofa en sus manos. En un movimiento, Clary alzó el brazo y le lanzó un buen chorro a Harry. Éste la soltó de inmediato.
Ahora sí que estaba cabreado con ella, y pensaba que estaba bonita.
Que bonita ni que mierdas.
-¿Qué haces?- preguntó la chica intentando salir.
-Oh no, pelirroja, tú no sales de aquí hasta que yo me de una ducha.
-¿Estarás de coña no?- Harry comenzó a bajarse sus calzoncillos. Menos mal que la chica ya se había girado.
-Puedes girarte, eh princesa.
-Y dale con ese estúpido mote.
-Venga, si se que te pongo
-A mi lo único que me pones es....es....¡enferma!- se giró hasta Harry dándole la cara y corriendo se tapó la cara con las manos.- ¡Harry, por favor, déjame salir!
-Tranquila, nena, que por mi te puedes girar. ¡Me encanta estar como vine al mundo!- sonrió.
-Te odio, mucho. Que lo sepas.
El chico abrió el bote de gel y se lo restregó por el cuerpo.
-¿Por qué no te duchas, cielo?
-No te acerques a mí, bicho.
El chico soltó una carcajada. Clary se quería morir en este momento. Menos mal que la ducha era más o menos grandecita.
Pocos minutos pasaron, que para Clary le habían parecido horas, y Harry por fin abrió la puerta de la ducha y salió.
-Ya puedes abrir los ojos pelirroja.
-¿Pordías solamente llamarme por mi nombre nada más?-preguntó mientras salía de la ducha y se deshacía la coleta.
-Me da que no.- sonrió ampliamente Harry.
Menudo gilipollas estaba echo... Y pensar que a lo mejor se podrían llevar mejor después de lo del beso de anoche. Segurmente ni Harry se acordará.
-Toma y sécate un poco, princesa. No queremos que mojes todo el pasillo.
La chica gruñó y agarró la toalla y después Harry, frenó a la chica cogiéndola de la mano y tirando de ella. Después, enroscó la toalla en su cintura de forma que quedaba acorralada entre el cuerpo de Harry y la toalla.
-No se me ha olvidado lo de ayer.
-¿Qué paso ayer?- se hizo la tonta Clary. No tenía pensamientos de hablar esto ahora con Harry.
El chico la atrajo más a ella y la agarró de la cabeza. La miró a los ojos y la volvió a besar como anoche. Aunque esta vez, Clary no se dejó.
Por supuesto que no se iba a dejar.
-¡Eres un baboso, Harry!- le dio un manotazo en el hombro.- Déjame en paz, joder.
El chico, que no había pasado más verguenza en su vida, soltó a la chica y ésta, gruñendo y con las mejillas al rojo vivo, salió del cuarto de baño. Con el pulso acelarado se dirigió hasta su cuarto y se quitó su pijama todo empapado.
Madre mía, ¡la había vuelto a besar!
(...)
Alyson se encontraba cepillándose su pelo. Si no se daba prisa llegaría tarde al instituto. Cosa que no le convenía, ya que con sus bajas notas no se podía permitir llegar tarde.
-¡Aly, cielo, venga!
-Ya voy papá.
La castaña se miró por última vez en el espeo. Había sido buena idea lo de ponerse pantalones cortos. Ya que, raramente, salía el sol en Holmes Chapel. Cogió su sombrero y así, más feliz que una perdiz, bajó las escaleras de dos en dos.
En el salón estaba su padre con el periódico y su taza de café. Su madre seguramente ya se habría ido al restaurante donde trabaja.
-Me voy ya papá. ¡Buena suerte en el trabajo!.
-Siempre la tengo, cariño.- Alyson se acercó a su padre y le besó la mejilla.
Ay, si supieran que su hija no es tan buenecita como parece ser.
La chica salió por la puerta y se puso los cascos, llegó al instituto mientras escuchaba Imagine Dragons, más concretamente Dream.
-¡Alyson!- se escuchó la voz de Jodie por detrás. Aly se quitó las cascos y se giró a ver a su amiga. Que tenía unas ojeras que vamos. Pero vaya igual que Aly. Ya que irse un martes a una fiesta por la noche, no era muy buena idea.
-Buenos días, tienes una cara de culo. ¿Cómo fue anoche con Louis?- se burló Alyson que sabe que su amiga esta coladita por ese chico y no lo quiere admitir.
-Imbécil, ¿y a ti con el castaño?- le sacó la lengua Jodie.
-¿Qué castaño, ni castaño?
-Sabes a quién me refiero.- contestó Jodie mientras soltaba una carcajada.
-¿Quién?- Alyson, que sabe perfectamente de la persona a la que se refiere su amiga tiene nombre y apellidos: Liam Payne. El chico que anda siempre callado y con el grupito de Alex y Zayn. La verdad es que Alyson lo ve bastante atractivo, pero nada más. Además si tuviera la oportunidad de estar con él, lo único que haría sería tirárselo. Sí, sí, ya que Aly no le gusta estar atada a alguien. No le gusta tener a alguien que esté todo el día pendiente de ella.
-Eres idiota. Creo que beber tanto alcohol y después venir al instituto te ha matado la única neurona que tienes rondando por ahí.- Jodie abrazó a su amiga de lado y continuaron andando hasta llegar a la puerta del instituto.
-Sabía perfectamente a quien te referías, idiota.-continuaron andando hasta llegar a sus taquillas.
-Pues entonces contéstame ahora.
-¡Que pesada eres! Que no me gusta.
-Ya, ya. No me lo creo.- Aly rodó los ojos. No serviría de nada contestar a su amiga. Ya que ésta iba a seguir diciendo lo mismo.- Hablando del rey de roma, por ahí viene.
Liam pasó junto con Zayn. Zayn, como siempre, contándole sus más aventuras sexuales con alguna chica. Liam, como siempre, pasándo un poco de él. Ya que se las conocía todas.
Alyson no pudo apartar los ojos del chico. La verdad es que si que estaba realmente bien. Y Jodie se dio cuenta de esto. No había más que decir. Jodie sabía, perfectamente, que Liam está enamorado de su mejor amiga. Y que Alyson, pues, también le gustaba. Tampoco decir que estaba enamorada. Y entonces, Jodie pensó en algo. Iba a hacer algo para juntar a estos dos.